Como todos sabemos, el jade fue utilizado por las culturas prehispánicas para elaborar distintas piezas que servían a modo de amuletos. Del mismo modo, debido a su gran dureza, este material también era utilizado para confeccionar herramientas bélicas. Sin embargo, el día de hoy no vamos a hablar de nada de estas cosas, sino de una de las leyendas de México.
Según cuentan los moradores de San Martín, un día una muchacha iba caminando por la calle cuando de repente tropezó con un objeto que salía de la tierra. La chica, de nombre Sagrario, era excesivamente indagadora. Es decir, le encantaba resolver toda clase de misterios.
Se puso a escarbar por largo rato, pues la pieza de piedra estaba clavada en la tierra y además era de un considerable tamaño. En el instante en que por fin la tuvo en sus manos, se dio cuenta de que aquello era una figura humanoide.
La frotó vigorosamente con un trapo, con el propósito de quitarle el polvo incrustado en algunas de sus hendiduras. Más ella no supo que con eso, su vida se transformaría por completo. La figurilla cambió su tono verde oscuro por uno mucho más brillante y de ella emanó lo que podríamos llamar como un "Chaneque".
Los Chaneques son criaturas mitológicas que habitan en el inframundo y que gustan de hacer bromas a los seres humanos.
La criatura le dijo a Sagrario que le concedería un deseo por haberlo despertado de su sueño de más de 500 años. Lo primero que se le vino a la mente a la joven fue decir:
- Quiero ser inmortal.
Literalmente, en menos de lo que canta un gallo, la chica fue convertida en polvo. La figurilla quedó ahí, lista para que otra persona caiga en la treta y se convierta así en otra de las leyendas de México.
Según cuentan los moradores de San Martín, un día una muchacha iba caminando por la calle cuando de repente tropezó con un objeto que salía de la tierra. La chica, de nombre Sagrario, era excesivamente indagadora. Es decir, le encantaba resolver toda clase de misterios.
Se puso a escarbar por largo rato, pues la pieza de piedra estaba clavada en la tierra y además era de un considerable tamaño. En el instante en que por fin la tuvo en sus manos, se dio cuenta de que aquello era una figura humanoide.
La frotó vigorosamente con un trapo, con el propósito de quitarle el polvo incrustado en algunas de sus hendiduras. Más ella no supo que con eso, su vida se transformaría por completo. La figurilla cambió su tono verde oscuro por uno mucho más brillante y de ella emanó lo que podríamos llamar como un "Chaneque".
Los Chaneques son criaturas mitológicas que habitan en el inframundo y que gustan de hacer bromas a los seres humanos.
La criatura le dijo a Sagrario que le concedería un deseo por haberlo despertado de su sueño de más de 500 años. Lo primero que se le vino a la mente a la joven fue decir:
- Quiero ser inmortal.
Literalmente, en menos de lo que canta un gallo, la chica fue convertida en polvo. La figurilla quedó ahí, lista para que otra persona caiga en la treta y se convierta así en otra de las leyendas de México.